Tras diez minutos andando llegan a su parque. Allí es donde
jugaban de niñas y donde pasaron la mayoría de los mejores momentos juntas.
El teléfono de Alejandra empieza a sonar.
-Lo siento chicas es mi madre, esperad un momento ahora
mismo vuelvo.
-Vale no te preocupes no tengas prisa- le dice Nora.
Iria y Nora se miran y suspiran. Ya pensaban que Merche las
había fallado. Iria empieza a buscar debajo de uno de los bancos del parque
mientras Nora vigila a Alejandra.
-¡Mierda! No está. Se me ha olvidado donde lo dejé.
-¿Me estás vacilando no?
-Qué más quisiera yo, pero no tengo ni idea de donde está.
Debería estar aquí.
-Iria no la líes ahora. Estrújate el cerebro si hace falta
pero acuérdate de dónde narices lo dejaste por favor.
Iria levanta la cabeza y sale corriendo hacia el castillo
con toboganes. Cuando está arriba, levanta la tablilla de madera que lleva
suelta desde hace años. Ahí está. Coge el DVD y se acerca a uno de los
toboganes para bajar lo antes posible.
-Anda que tú también… ¿No crees que eres ya mayorcita para andar
tirándote de los toboganes como una niña de tres años? – Alejandra está sentada
en la valla del parque riéndose. Nora, detrás de ella, le hace gestos para
indicarle que guarde el DVD.
-Jo déjame, quería recordar viejos tiempos. Además, no te
engañes, en realidad te mueres de ganas de tirarte por uno de estos inmensos y
espectaculares toboganes…
-Sí, sí, te he entendido y quiero que sepas que no todas
somos tan infantiles como tú- contesta Ale guiñándola un ojo.
-Oh, eso me ha dolido que lo sepas- dice fingiendo estar
afectada y girándose para aprovechar y meter el DVD en la mochila de adidas
azul que lleva.
-No te pongas melodramática, que a mí ya no me la cuelas
cielo- dice Alejandra acercándose a ella.
-Para tu información, no me afecta para nada lo que digas ni
pienses de mí, sólo estaba mirando el móvil, que creía que me estaban llamado-
finge Iria para que Alejandra no se dé cuenta de que, en realidad, estaba
guardando algo.
-Tú y tu obsesión con el móvil- las interrumpe Nora
acercándose a sus amigas-. Enserio, tendrías que mirártelo.
-Puede ser- dice Iria pensativa-. Pero mejor en otra
ocasión. Por cierto Ale, ¿qué quería tu madre?
-Nada, que te dijera que tu madre nos ha invitado a todas a
comer hoy a tu casa.
-¿Mi madre?- dice Iria fingiendo estar extrañada-A ver si
vas a ser tú que quieres comer hoy gratis.
-Bueno, de eso también hay un poco- dice Alejandra riéndose.
-Pues planazo, hoy a vaciarle la nevera a Iria. ¡Así me
gusta!- exclama Nora entre carcajadas.
Es cierto que la madre de Iria las había invitado a comer, y
no de casualidad. Tanto Merche como Paqui, las madres de Alejandra e Iria,
estaban al corriente de lo que esta última y Nora tenían pensado hacer para su
amiga, que no estaba pasando por su mejor momento.
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